Las arrugas en la piel aparecen a medida que van pasando los años, especialmente visibles en la zona de alrededor de la boca y nariz (comisura de los labios y surco nasogeniano), de los ojos (patas de gallo), entre las cejas o en el cuello (papada). La piel del rostro ha perdido elasticidad y firmeza, y el lifting facial tratará de estirar y retirar el exceso de piel mediante una intervención quirúrgica.
En primer lugar se debe realizar un minucioso estudio preoperatorio para valorar la idoneidad de la intervención y concretar cómo será la cirugía. En algunos casos la operación puede realizarse bajo anestesia local y sedación
El cirujano realizará una incisión en el cuero cabelludo sobre la línea del cabello y se extiende hacían las orejas rodeando el lóbulo por detrás de las orejas y el cuello cabelludo. De este modo la cicatriz quedará camuflada y no será visible.
A continuación se reposicionan las capas musculares, piel y grasa, tensando la musculatura facial y retirando el tejido sobrante. Una vez finalizado el procedimiento, se suturan las incisiones con puntos. En muchos casos es recomendable complementar este lifting facial con una blefaroplastia y así eliminar el exceso de piel en los párpados superiores.
El paciente sale del quirófano con apósitos y vendajes en la cabeza, y con un sistema de drenaje para evitar que se acumule exudado o sangre, que se retirarán al día siguiente. Generalmente el lifting facial suele necesitar una noche de hospitalización.
A pesar de que el lifting facial es una de las cirugías faciales más complejas, se realiza de forma habitual sin apenas riesgos ni efectos secundarios, y se consiguen unos espectaculares resultados naturales sin cicatrices visibles.
El precio de la Ritidectomía, como cualquier cirugía, variará según cada paciente, ya que se trata de una intervención muy personalizada según la estructura facial de cada paciente y sus expectativas del paciente.
Hay que tener en cuenta los costes de los honorarios del cirujano, anestesia, gastos del hospital incluyendo cuidados de enfermería, quirófano y hospitalización, así como la medicación y otros gastos adicionales.
Tras la intervención de la Ritidectomía, es normal que el paciente tenga ciertas molestias sin dolor las primeras noches, que se controlan con analgésicos y que irán desapareciendo a los pocos días. Los primeros días es habitual que el paciente sienta la piel del rostro algo “acolchada”. Esta sensación desaparecerá a las pocas semanas.
El rostro presenta un aspecto hinchado las dos primeras semanas, tiempo durante el cual es recomendable no trabajar ni realizar ejercicio ni actividades que puedan dañar el rostro. Tampoco se debe exponer la piel al sol durante los primeros tres meses. Siguiendo las indicaciones médicas y con un cuidado específico, después de tres semanas se podrá reanudar la vida social y laboral, desapareciendo la inflamación en el rostro y dejando ver unos resultados muy naturales.
Los riesgos de una Ritidectomía son los habituales en cualquier intervención quirúrgica, como reacciones a la medicación, hemorragias, inflamaciones, hematomas o infecciones. Estos riesgos serán mínimos gracias a un adecuado estudio preoperatorio y control médico después de la intervención.
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